martes, 7 de septiembre de 2010

Último día de catorce.

Estoy en el penúltimo módulo y la hora cada vez es más interminable. No puedo poner ni una sola neurona en el tema, no puedo dedicar ni una sola mirada a esa fotocopia, mis oídos no pueden escuchar ni una sola palabra más, ni una sola respiración, ni una sola campanada más. El murmullo del exterior entra a noveno b como si fuera su casa. Creo que es la primera clase de lengua y literatura en la que no presto atención (porque amo la materia). Miro el celular, las 11.09. De reojo veo la fila de hormiguitas de letras transformándose en manchones negros. De a ratos escucho un cantito “mañana, mañana, mañana”. Eso es a lo que se han dedicado a hacer todo el día: recordarme que mañana cumplo años. Al principio les respondía con una sonrisa, ahora los ignoro. ¿Tanta importancia tiene? Es un cumpleaños más, como cualquier otro, pero ellos están más entusiasmados que yo.
Él, mi otra conciencia, sabe que no estoy bien como siempre. No sabe el por qué, tampoco pregunta. Me acompaña con su silencio y su distancia.
Miro el celular, las 11.19. Mi mente ha estado vagando fuera de esta aula por casi diez minutos, soñando con ese cuadradito de cielo que se asoma por la ventana. Cómo me gustaría poder ver ese celeste intenso por completo. Mejor, sino en todas las clases volaría por él. Se ve tan vacío y lleno a la vez…como yo. Me siento vacía, no puedo pensar, siento como si no sintiera, quizás por eso mi ausencia. Busco no sentir. Me miento diciéndome que nada me afecta.
Paso de una especie de estado vegetal a la irascibilidad. Leo “mi” banco, en el que siempre me siento. Varios escritos como “Aguante Metallica”, “Pauuuuluchisss!”, “Leo te amo” o alguna canción cursi de los divinos de los Jonas¬¬ me sulfuran todavía más. Pero buscando, encuentro aislado en una esquinita un “Vivir sólo cuesta vida”, escrito por mi letra. Me acuerdo, lo escribí más o menos en abril, cuando…cuando-
El viento de la ventana que acaban de abrir me despeina como cuando caminaba en el muelle de Mar del Plata. Tenía razón en citar a los Redondos. Debería seguir sus letras. Deberían. No importa ni la ausencia, ni la distancia, ni cualquier impedimento existente, incluso la edad. Vivir sólo cuesta vida, y yo voy a gastar la mía para vivirla. Un año más, ya casi. Feliz cumpleaños a mí (por horas adelantadas).

3 comentarios:

SantitAh dijo...

Nooooooooooooooooooooooooooooo
Ya se viene!
Te patotearía pero estas lejos!
Después te saludo bien cuando sea tu cumple!

SantitAh dijo...

Y te saludo por acá también... ya que estamos!
Felices 15 Tori!
Que lo pases más que bien!
Bezitozz muchacha

Tori dijo...

Graaaaaaaaaaacias Antoch:)