miércoles, 14 de julio de 2010

Miedos.

Aunque me haga la fuerte, aunque parezca que nada me afecta, aunque me haga la insensible y la rebelde, aunque me haga la que lo odio y la que ya no me importa, mi lado sensible está muy presente, sobre todo ahora que me siento sola.
La única luz que me ilumina es la de la computadora, y la oscuridad- no sé por qué motivo- saca a relucir mis miedos e inseguridades. Creo que es porque mucho tiempo le temí a la oscuridad misma.
De chiquita (hasta los diez años, que ya no era tan chiquita!), dormí con la luz del baño del pasillo prendida. Le tenía miedo a quedarme a oscuras (admito que ese miedo sigue presente), pero en realidad no sabía a qué le temía de la oscuridad, todavía no lo sé. Nunca pensé que desde la penumbra de la noche me fuera a salir un monstruo ni que del armario saliera un Monster Inc en persona, no, sólo me daba miedo la oscuridad.
A los cinco años más o menos, pasada la etapa del Edipo, cuando dejé de ver a mi papucho como el único y perfecto ser con el que ME iba a casar sin importar si le gustaba o no a mamá, empecé a temerle a no casarme nunca, a ser una solterona de por vida (miren de lo que me preocupaba a esa edad!).
A los seis años, ya en primero, me empezó a agarrar pánico a tener que repetir de año, y es ahí el comienzo de mi ñoñez.
A los siete me traumé con la típica paranoia del “alguien está detrás de mí”. Era horrible. Estaba obsesionada. Casi nunca dejaba que hubiera espacios libres detrás mío, y caminaba contra las paredes como una loca (parecía ser una espía de misión imposible).
A los ocho, empecé a temerle a uno de los miedos que más me ha afectado y que más me afecta: que mis viejos se separen. Ya sé, no es gran cosa, ahora que estoy más madura lo sé. Tengo miles de amigos con padres separados que viven perfectamente, pero no sé, no soportaría la idea de perder a mi familia tal y como es. No soportaría el dolor de mis hermanitas, no soportaría pensar que no queda nada. Ya sé, tengo un concepto medio errado de esto, pero así lo siento.
A los nueve los zombies me empezaron a asustar demasiado debido a películas que vi y que no debería haber visto (como Scooby-Doo, por ejemplo(?). Sí, es patético. Mis miedos, a medida que iban creciendo, se iban convirtiendo en miedos más inmaduros y de nenes más chiquitos, era como que hacía un retroceso.:P
A los diez tuve miedo de que mientras dormía me atacara un vampiro. ¡Qué irónico! Ahora ando leyendo sobre ellos, sueño que me caso con uno, ¡que soy uno de ellos! Aja ja aja ja.
A los doce se le sumaron a la lista de miedos los típicos tormentos que tenemos las mujeres cuando nos estamos convirtiendo en “mujercitas”. Yo, una niña tan inocente, enajenada del mundo, desinformada de todo aquello. ¡Quise huir! ¡Imagínense!
A los trece, cuando me cambié de colegio, tuve mucho, pero mucho miedo a no ser aceptada. Era todo nuevo para mí, la secundaria, la escuela nueva, compañeros nuevos, gente que no conocía. Lo superé en seguida, ser una persona de naturaleza sociable ayuda mucho en esos casos:)
Y hoy, bué, hoy tengo mis miedos, aunque me haga la dura. Tengo miedo a no poder superar. Tengo miedo a no olvidar. Tengo miedo a no volver a amar. Pero me di cuenta de que no me influye tanto. Por más miedos que tenga sé que no hay por qué temer porque yo lo voy a lograr.

(A pesar de esas últimas palabras de aliento, prendí la luz. Soy una cagona sin remedio.)


4 comentarios:

Pablo dijo...

Ja, ja, ja, ja. No te pudo haber dado miedo Scooby-Doo nena. Come on! Ja, ja, ja.
Mató la carita del Monster Inc, cómo era que se llamaba? Como que ya no son de mi generación esos dibujitos, viste:P
Lo que es irónico es que hayas tenido miedo a no casarte, ahora con el concepto que tenés del matrimonio te pegás un tiro si te casas:P Ja, ja, ja.
Besos.

Tori dijo...

Y sí querido tenía nueve años, que querés?
Y yo tampoco me acuerdo del nombre del bichito, creo que Mike Wasawsky, ni idea como se escribe. Y no me vengas con eso de que te haces el grande, el superado, porque tus diecisiete añitos (ya casi dieciocho:) no encajan para nada con tu capacidad mental, sabelo.
Y sí, se ve que desde chiquita tuve una especie de trauma con el matrimonio. No me quiero casar, y no creo que alguna vez quiera.
Amo bardearte.♥

Pablo dijo...

Posta que no me acuerdo. Y no me trates así porque te juro que me frustro, acá el grande soy yo, deberías tenerme un poquito de respeto, no te parece?
Yo sé que te vas a casar aunque digas eso ahora, sos una romántica,no lo podés evitar(?)
Yo a vos.♥

Tori dijo...

Frustrate toooodo lo que quieras, el respeto no se otorga por la edad sino por el merecimiento de este(?) Y de onda, no te mereces mi respeto:) Porque serás tres años más grande que yo, pero yo soy tres años más madura que vos. Te acordás?
No soy una romántica, soy una estúpida que es diferente.
Yo más.♥