martes, 27 de julio de 2010

Cambio sonrisa por un peso (?)

Las lágrimas me iban recorriendo las mejillas, por poco. Trataba de retenerlas, pero no, caían solas dejando al descubierto la bronca que llevaba encima. Me había bajado del auto con un portazo y toda despeinada de haber estado discutiendo. “Es tu responsabilidad”, retumbaban los gritos de ella en mi cabeza. Me dejó en medio de la peatonal para que comprara un par de cosas. Cuando me bajé del auto un viento frío me azotó, y la melena (que llevaba suelta) se me enredó toda detrás de la espalda. Sin pensar me dirigí hasta el negocio y compré todo de una vez. Me quedaba mucho tiempo. Iba a pasar por mí a las siete y media y recién eran las seis. Seguí caminando por la ciudad. Yo, ahí, en medio de una multitud movilizada, alocada. Empezaba a tener miedo. El sol ya se estaba ocultando, tenía frío, y esa brisa seguía molestándome, despeinándome.
Caminé y caminé.
Pasé esa plaza en la que se escondía un recuerdo, o varios. Me imaginé a mí, devuelta sentada bajo ese árbol, hablándole, riéndome. Sonreí inconscientemente. Las lágrimas volvieron a brotar. Estaba sensible, eso lo sabía, la película de anoche me había afectado bastante, ¿pero hasta este punto?
Caminé y caminé.
Caminé y llegué hasta un semáforo. Tenía el paso para mí, y un chico hacía malabares en medio de la senda peatonal. Me llamó la atención las pelotitas de colores. Giraban y giraban, y mi cabeza las acompañaba en un movimiento circular. Esos colores, esa gracia para moverse. Esa gracia que tenía él de hacerlas volar. Y de las pelotitas mi mirada pasó a él. Cuando terminó y pasó por los autos pidiendo moneditas se acercó a la esquina desde donde yo lo miraba y me hizo una sonrisita compradora. Y me compró. Me robó una sonrisa… y un peso. Y así me fui, con el viento congelándome, pensando en cómo puede ser que un chico como él estuviera en la calle, haciendo malabares, sonriéndole a desconocidas y pidiendo monedas así como así.





[ Es lindo en que esos días en que todo te sale mal y te sentis para la meerr que algo tan insingnificante como la sonrisa de un desconocido te cambie el ánimo ]

2 comentarios:

SantitAh dijo...

Hay que aprender a encontrar la belleza de las pequeñas cosas!
Quién te gritaba tori?

Meerr dijo...

Es lindo, tenes razón.
Te amo hermosa <3